Mi Biografía

Los ojos de Adrià en un primer plano

Nací cuando Jonathan Demme estrena 'Philadelphia' en los cines. También cuando se estrenaba 'En el nombre del padre', 'Un día de furia' o 'El fugitivo'.

Nací rodeado de VHS por todas partes en mi casa, lo cuál hizo que desde bien pequeño tuviese un fuerte interés por el cine. Mi padre alimentó esa pasión en mí llevándome a menudo a ver películas al cine aquí en Sabadell, la ciudad donde siempre he vivido prácticamente. Puedo sentirme orgulloso de mantener ese buen hábito de presenciar obras del séptimo arte en la gran pantalla.

He de confesar que mi familia no era aficionada a ir al teatro, por lo que yo casi no pisé los teatros hasta que empecé a estudiar interpretación. Sí que cuando era pequeño e iba al esplai Can Colapi hice 'Els Pastorets', y ahí ya recuerdo que todo el mundo quedó bastante sorprendido de la soltura que se veía en esa pequeña criatura rubia que no levantaba un palmo del suelo.

Habían cosas que ya predecían mi futuro: recuerdo que los últimos días de curso escolar yo solo me montaba un personaje y una historia donde iba improvisando e interpretaba delante de toda la clase. También imitaba a los profesores.

También en el recreo jugábamos al 'Home diferent' donde yo me volvía loco interpretando criaturas extrañas persiguiendo a mis compañeros de clase. También recuerdo que con amigos montaba juegos de miedo y alguno de ellos acababa llorando de lo mucho que profundizaba en el juego.

Creo que ya estaba destinado.

No sé por qué no estudié teatro de pequeño. Al acabar la ESO me puse a estudiar informática, para luego estar 4 largos años trabajando en distintas empresas hasta que llegó un día donde me di cuenta que estaba quemado, que no me hacía feliz y que quería dejarlo. Fue así que para cambiar mi rumbo profesional y de vida decidí apuntarme a la Nancy Tuñón, a la vez que lo compaginaba con el que fue, al fin, mi último trabajo de informático en Merkal Calzados.

Ahí se sembró la semilla. La semilla de la actuación. Fue un punto de inflexión. No había marcha atrás. El camino empezó.

Mi primera toma de contacto con la interpretación fue dura, porque, para qué engañarnos. Pero valió la pena. Empecé a sacar la bestia que hay dentro de cada uno de nosotros para llevarla a escena. Pero se ve que estaba verde con el tema emociones y no me cogieron, así que me apunté al Col•legi de Teatre de Barcelona, donde allí sí que hice todo el plan de formación.

Durante el periodo de formación, se juntó que empecé un tratamiento de adicciones, y lo digo tan orgulloso como estoy de mi vida. Porque uno es lo que es en el presente gracias a lo que ha sido en el pasado. Fue un proceso muy duro donde tuve que rehacer toda mi vida entera.

Aprendí a quererme poco a poco, a saber escuchar, a amar mucho más a los míos, a hacer cosas que realmente me apasionaban y disfrutar con ellas, a ver mucho más cine, a disciplinarme, a vivir de día, a cuidarme, a meditar, a hacer deporte, a estar conmigo mismo. A ser mejor persona, en definitiva. Porque la vida es eso, una carrera de fondo llena de aprendizajes donde tenemos que ir avanzando y ser cada vez más una mejor versión de nosotros mismos.

El autocuidado es un hábito general que engloba muchas cosas, y esto me va maravillosamente bien para mi crecimiento como actor y persona.

Y es que hay profesiones que no son solo un trabajo, sino una manera de vivir, y me considero realmente afortunado de poder vivirla así. Actuar me ofrece un espacio privilegiado para reconciliarme conmigo mismo, crear y conquistar la libertad de ser yo porque, como dijo mi admirada Nathalie Poza al recoger su merecido Goya: 'No sé si cambiaremos el mundo, pero a mí este oficio me ha salvado la vida'.

Y bueno, acabé mi formación ya hace 3 años. A partir de ahí han ido viniendo todo tipo de proyectos que me hacen muy feliz y sé que soy un privilegiado de haberlos podido vivir.

Y que vengan muchos más! Show must go on!

Un abrazo cálido.

Adrià.